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El 2017 que vamos a dejar en menos de una semana, no ha sido un año especialmente pródigo en novedades fiscales y laborales, por parte de un gobierno más centrado en otros asuntos de índole política que no parece que tengan solución a corto plazo. Más allá de pequeñas modificaciones legislativas, el proyecto estrella del gobierno que ha visto la luz en 2017, ha sido el SII (Suministro Inmediato de Información), lo que se ha dado por llamar «IVA en tiempo real», el cual comenzó de modo voluntario y experimental desde que nos comimos las uvas y se implantó obligatoriamente para las grandes empresas desde el pasado de 1 de Julio. Se trata de una medida, no exenta de complicaciones a la hora de realizarla, cuyo objeto es que la AEAT cuente con el máximo número de datos relativos a las facturaciones de las empresas, ahorrándolas la presentación de algunos modelos, pero habiéndolas metido en un proceso de adaptación y cambios en sus modos de trabajar y relacionarse con clientes y proveedores, en el cuál todavía andan inmersos y que está generando dudas diarias sobre su correcta aplicación. Lo que está claro es que ya no hay vuelta atrás y que la siguientes serán las pymes, eso sí, esperemos que todavía tengan unos años de tregua. En cuanto al ámbito laboral, se aprobó después del verano la tan comentada ley del autónomo que parecía que nunca vería la luz y además las medidas más importantes comenzarán a surtir efectos desde el 1 de enero de 2018. En resumen, un año de mucho ruido, en lo político, y pocas nueces en el ámbito legislativo para las empresas. Desear que el 2018 siga en la senda de recuperación que comenzamos hace ya un par de años, y que los políticos estén más en la calle y atendiendo las necesidades de empresas y ciudadanos, mientras nos corresponde tanto a unas como a otros seguir trabajando en el día a día. FELIZ AÑO 2018 y nos vemos pronto.